Nuestro último día en Rathdown… ¡Qué alegría y qué pena a la vez! Este mes se nos ha pasado volando, hemos hecho un montón de amigos increíbles y ya estamos pensando dónde podemos ir todos juntos el año que viene. Ha sido un día raro, porque sabíamos que era el último, pero lo hemos aprovechado como el que más, ¡allá vamos!
Nuestros despertares y desayunos ya son muy conocidos aquí. Nuestras monitoras nos despiertan siempre con mucho cariño y una sonrisa que nos da energías para todo el día. Así que, después del desayuno, hemos ido a clase para aprender un poquito más y despedirnos de nuestros profesores que tanto nos han enseñado en tan poco tiempo. ¡Tenemos mucho que agradecerles!
Luego, hemos comido todos juntos, haciendo bromas y riendo como de costumbre, para después irnos a la actividad de la tarde. Hemos jugado a tenis, fútbol y hemos hecho una coreografía genial que esperamos que podáis ver muy pronto. Las horas libres las hemos dedicado a hacer la maleta y a preparar la mochila, que nos llevamos cargada de recuerdos y de personas maravillosas que en un mes se han convertido en grandes amigos.
Luego hemos jugado al tres en raya, a las cartas, al ping pong, y después hemos ido a tomar nuestro último supper, quién nos lo iba a decir. Al rato, nos hemos tenido que ir a dormir porque un grupo salíamos a las dos y media, otro a las seis y media y el último a las doce y media. Cansados y con las sábanas aún pegadas, nos hemos despedido de nuestra querida residencia para ir al aeropuerto. Hemos cogido el avión y vamos dirección a casa, donde nos esperan con comida riquísima y todos los besos y abrazos que no han podido darnos este mes.
Los monitores de este maravilloso y especial campamento os damos las gracias por haber formado parte de él. Estamos contentísimos de haberos conocido y haber podido compartir todo con vosotros. ¡Disfrutad del verano y sed muy felices, pequeños!
Os esperamos el año que viene en vuestra segunda casa <3