Recuperados los chicos de los momentos de despedida, el viernes les preparamos una gymkana super genial. Aunque nos quedan la mitad de los chavales, el ambiente estuvo muy, muy animado y muy, muy competitivo. Lo dieron todo en cada prueba.
El circuito consistió en varias cosas, desde resolver adivinanzas, hasta problemas matemáticos pasando por trabalenguas imposibles o creación literaria improvisada. Los chicos tampoco se libraron de pruebas más físicas como correr con sus compañeros a la carretilla o salvar una serie de obstáculos con una cuchara y una pelota de pin-pon en la boca.
Fue una tarde muy divertida para todos!!
El sábado fue el día de la familia y la mayoría tenían planes pero aún así, como ya nos van quedando poquitos ratos juntos, queríamos aprovechar para estar con ellos. ¡Qué mejor plan que irnos al cine todos juntos! Así que la tropa KELLS invadió el cine de Clonmel y pasamos un rato estupendo comiendo palomitas y vienda la última peli de Ice Age. Para rematar la jornada, nos compramos unas pizzas y nos las comimos en el parque todos juntos. ¡Nos lo pasamos bomba!
Llegó el domingo, el último domingo juntos. El día fue absolutamente inolvidable.
Para comenzar la jornada hicimos una parada en New Ross, puerto desde donde partió durante años el Dunbrody destino a los Estados Unidos. Conocido como «el barco de la hambruna» (Famine Ship) transportó a millones de irlandeses que tuvieron que abandonar el país por culpa de la pobreza y la ruina que causó en los campos una enfermedad en la patata: único alimento que se podía cultivar en las yermas tierras costeras. Las familias trabajaban para la corona inglesa, y tan sólo se les daba el derecho de cultivar el trozo de tierra que rodeaba la casa. Ante el hambre y la desesperación los señores les ofrecían comida pero sólo a cambio de convertirse al protestantismo así que el pueblo irlandés prefirió morir o emigrar antes que ceder. Muchos de los señores de las tierras incluso pagaban los billetes del barco a los campesinos para quedarse así con las tierras y poder invertirlas en otros negocios.
Los bisabuelos del presidente Kennedy, viajaron en ese barco hacia el país de las oportunidades. Una historia de tristeza y desarraigo pero a la vez de lucha y esperanza.
Vimos las condiciones en las que se viajaba y aprendimos a valorar un poquito más las facilidades que hoy en día tenemos.
Tras esta visita fuimos a Waterford y allí nuestros chicos gozaron de tiempo libre y se prepararon para lo mejor: ¡Tramore y su parque de atracciones!.
Al más puro estilo americano: playa, paseo marítimo y atracciones con vistas al mar los chavales vivieron unos momentos divertidísimos. Lo pasaron en grande y lo único que les faltó…fue darse un bañito en las gélidas y embravecidas aguas del Atlántico…y es que…con el verano que se gastan por aquí…ni los lugareños se atrevían.
Inolvidable.