Tras la semana intensa adaptándonos tanto a la ciudad como a las clases y a las familias, hemos quedado en uno de los hoteles de la ciudad para ir hacia Hollywood Beach y pasar el día en la playa jugando a pelota, palas, paseado y hemos comido juntos una de esas pizzas tan enormes americanas. Luego hemos vuelto a casa para descansar y preparar el domingo con las familias.