Tras la agradable sensación de despertarse entre montañas, marchamos hacia el glaciar de Franz Josep. Allí recorremos la zona y vemos su cambiante paisaje hasta llegar hasta la misma cara del glaciar, con su hermosa e impactante vegetación. De camino nos vamos encontrando pequeñas cataratas. En ruta hacia Queenstown tenemos la oportunidad de comer a las orillas de uno de sus maravillosos, calmados y sorprendentes lagos. Nos asombramos de su reflejo, realidad o espejo? Juzgar por vosotros mismos!!
Y ya llegada la tarde, alcanzamos nuestro destino: Queenstown. Menos mal que hemos reservado por teléfono porque su hamburguesería más famosa, Fedburguer, tiene una inmensa cola. Una vez recogidas disfrutamos de ellas en una zona privilegiada en lo alto de las pistas de nieve, a 2 minutos andando de la estación!
Todo está saliendo de cine y con este precioso cielo lleno de estrellas nos dormimos pensando en esquiar mañana.
Os contaremos en breve!!!